Mourinho-Toril, desencuentro con intrahistoria

Alberto Toril expresó su disconformidad con Mourinho a la Dirección de Fútbol del club ayer, en una reunión en el Santiago Bernabéu en la que estuvo Miguel Pardeza

Quién les iba a decir a Arbeloa, Coentrão y Marcelo que sus dolencias tras los últimos compromisos con sus países iba a poner de relieve un conflicto a pequeña escala entre el entrenador del primer equipo, José Mourinho, y el del filial, Alberto Toril, a causa del desarrollo y usufructo de la cantera blanca. La ausencia de los laterales titulares para el partido en casa ante el Celta la resolvió el portugués adjudicando a Essien el flanco zurdo –algo que dejó caer en la rueda de prensa previa, cuando dijo que había jugadores poco menos que obligados a adaptarse a esta posición, y dando a entender, por ende, que no iba a ceder esa responsabilidad a ningún canterano, como se había especulado los días previos. Aquel partido se ganó fácil pero apenas unos días después el Dortmund retrató al ghanés en esa posición y Mourinho empezó a coleccionar críticas, de las gratuitas, por su teórica terquedad: de ahí que en la previa ante el Mallorca, molesto y de nuevo puesto en duda por su insistencia en Essien, valorara en alto y en público por primera vez lo que opina de la gestión que en particular Toril está haciendo con Nacho Fernández, en el club desde los 11 años, defendiendo que “en el tramo final de su educación deportiva” existían “contradicciones”, aludiendo además al trastorno que al jugador puede generarle desempeñar una demarcación diferente en el filial respecto a las veces que aparezca con el primer equipo. Esta interpelación, que los medios interpretaron, como es usual, como un ‘dardo’, un ‘recado’, una ‘pulla’ y demás comodines, hacia Toril, la contestó el propio técnico del filial, sin entrar a matar, reponiendo que Mourinho tiene “una opinión muy respetable” y que “al fin y al cabo está por encima de nosotros, y procuraremos ayudarle”.

El incendio no habría sido tal de no ser porque en algunos medios no fueron estas declaraciones las que ilustraron la rueda de prensa, sino otras muy diferentes, también propias del momento de Mourinho frente al micrófono, y que relativizan el contexto: en ellas, el luso se refirió a Nacho (y su posible rol en el primer equipo) como “un problema”, a lo que Toril contestó lo contrario, apuntillando que podía “jugar en cualquier posición”, definición que cuadra también con el perfil del jugador en la página oficial del Real Madrid. Una vez dispuestas por estos medios las fichas para arrancar una nueva campaña en la que a Mourinho se le volvía a presuponer el atacante e incómodo compañero déspota, apareció Pardeza, miembro como director deportivo de la Dirección de Fútbol del club, para poner el paño caliente sobre la razón del entrenador del primer equipo: “Considera que la evolución natural de Nacho es jugar de lateral, que es lo mejor para que llegue a la élite, y así se lo ha transmitido a Toril: lo importante, al tratarse del primer equipo, es su opinión”. Y esta declaración, inocente y hasta cabal en cualquier otro momento, de Miguel, terminó por herir al técnico del Castilla, quien se presentaría ayer en el Santiago Bernabéu para transmitir su descontento a la Dirección de Fútbol, en una reunión donde además de Pardeza, estaban presentes Ramón Martínez, Paco de Gracia y José Ángel Sánchez. En ella, Toril se autoproclamó una víctima de Mourinho, criticó que el portugués se entrometiera en su manera de llevar al Castilla y llegó a decir que no se encontraba para nada a gusto con el luso por encima, presionándole y aconsejándole sobre su trabajo. Una vez calmado, a Toril, que renovó hace poco hasta 2015 por el club, se le transmitió la idea base de que su misión era ayudar al primer equipo formando a los jugadores para que en el momento de dar el salto para ayudar, se adaptaran rápido y no acusaran los problemas propios de un futbolista joven que se readapta a una posición distinta o a un estilo de juego alternativo.

Esta reunión, que tuvo lugar dos días después del 0-5 al Mallorca (partido en el que cerró la goleada José Callejón, un canterano del club que salió con 21 años del club para volver con 24 y además, erigirse en una importante –y elogiada- pieza del primer equipo la pasada temporada), Toril dejó entrever que, tras subir al Castilla de 2ªB a Segunda de una forma brillante, goleando incluso en el partido por definir el campeón al Mirandés, héroe de la pasada Copa del Rey, había perdido de vista la utilidad del segundo equipo del Real Madrid, que no es otra, como ocurre con cualquier filial o equipo de promesas, que abastecer al primero y, como él mismo había dicho una semana antes, ayudarles. Mourinho, que mantiene una firme opinión sobre esto, y no como consecuencia de esta reunión –que no conocía en el momento de la rueda de prensa previa al partido contra el Alcoyano-, volvió a enjuiciar el modus operandi del Castilla y pasó a poner ejemplos concretos, cuando habló de manera particular de la edad de algunos jugadores del segundo equipo, así como de qué espera Toril precisamente que sea el filial blanco: “Debe decidir si es más importante acabar séptimo u octavo o querer ayudar al primer equipo”. En consonancia con lo primero, a Toril, que ha firmado tres años más de contrato, no le quedaría más que competir: pero respecto a lo segundo, tendría que dar su brazo a torcer y moldear su Castilla a lo que Mourinho exige, algo que desde luego parece lejos, por el revuelo mediático que generaría y la atención que requeriría de periodistas hasta ese momento ajenos al fútbol base blanco, hambrientos por cargarse con otra razón para atacar al técnico portugués.

En el otro aspecto que valoró, el de la edad, manifestó qué espera de un futbolista joven y por qué le genera desconfianza dar la alternativa a quienes no están ya precisamente en edad de aprendizaje: “Si con 23, 24, 25 años no has llegado al nivel de la primera plantilla, no vas a llegar con 26, 27 o 28”. Así, Mourinho señalaba directamente a algunos jugadores del filial como los centrales Iván González (24 años, ex del Málaga) o David Mateos, el mayor del Castilla con 25 años (la edad de Callejón, Benzema o Higuaín), a quien curiosamente él mismo hizo debutar con el primer equipo en su primera temporada, cuando Özil era el ‘23’ y Cristiano acababa de estrenar el ‘7’. Parece que ha pasado media vida. Ni el meta Jesús (tercer portero del primer equipo), ni por supuesto Mosquera o Juanfran, los tres con 24 años, se agarrarán ya a ese tren, siento relevantes los casos de los dos últimos, acomodados en el B tras fracasar con el Getafe el primero, y no convencer el segundo, que llegó a debutar con Pellegrini hace tres años. En la actualidad, el Castilla tiene once futbolistas por encima de los 21 años, incluyendo curiosamente a Casado (23) y Nacho Fernández (22), por quienes algunos apostaron para el lateral izquierdo antes de que Mourinho se inventara a Essien. El portugués valora, en cambio, que gente como Rodrigo, Carvajal o el propio Callejón sí hicieran las maletas en su día y no se conformaran con entrar en una convocatoria de Copa contra un 2ªB: parece que el luso pide más, quiere verles fuera y pelear por un puesto. Quizás la ausencia de confianza en la cantera no venga tanto motivada por la actitud de Mourinho como por la de los propios canteranos, de ahí que un jugador como Morata, a quien pidió un ‘plus’ públicamente hace dos años (cuando el Madrid recurrió a Adebayor por la lesión de Higuaín), entre, con 20 años, en los planes a medio plazo del entrenador. De Jesé (19), Álex Fernández (20) o José Rodríguez (17), también quiere más: y si no se lo da Toril, al menos quiere que lo busquen ellos mismos. En su reivindicación de ambición por los jóvenes sí guarda el portugués un punto de razón que ni el más antimadridista de los mortales le puede negar.


4 comentarios on “Mourinho-Toril, desencuentro con intrahistoria”

  1. Xirdneh dice:

    Gran Articulo lastima que a la prensa no le importa en nada todo esto.

  2. No entiendo esta defensa a ultranza a Mourinho cuando deja públicamente en ridículo al técnico del Castilla y a los jugadores del filial. Los trapos sucios se lavan en casa y más en el mundo del fútbol. Mourinho ha utilizado su posición para arremeter contra Toril para desviar la atención de su derrota por el título del liga, que tiene sólo un color, el azulgrana. La cantera no parece dar el nivel, pero seguro que con ese entrenador jamás lo sabremos, porque prefiere colocar a un tío acabado como Essien, antes que poner a un chico del filial. Una verdadera pena. Otro gallo cantaría si los chicos fueran logró debutar con el Real Madrid el año pasado. Y yo me pregunto, «¿pur qué?»

  3. Sin duda uno de tantos desencuentros que el portugués tuvo en la casa blanca. La realidad es que a día de hoy Mourinho está lejos del Madrid y Toril tiene que lidiar con una plantilla que parece hecha por su peor enemigo…

    un saludo!


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